jueves, 18 de noviembre de 2010

JETPACK



Los largos atascos al volante son cosa del siglo pasado para el ingeniero neozelandés Glenn Martin. El fundador de Martin Aircraft está empeñado en demostrarlo comercializando un nuevo medio de transporte: el Jetpack, una mochila voladora muy parecida a las que veía en la serie infantil The Jetsons (Los supersónicos) cuando era pequeño. "Con cinco años, pensaba que las mochilas voladoras eran reales", confiesa Martin. Después de 30 años de dedicación casi exclusiva, ha logrado convertirlo en una realidad que llegará al mercado estadounidense a finales de este mismo año.

 Al principio, Martin y su socio Richard Lauder sólo planeaban fabricar diez unidades al año por un precio cercano a los 100.000 dólares pero, gracias a un acuerdo por valor de 12 millones con una gran compañía aeronáutica cuyo nombre prefiere no desvelar, finalmente producirán 500 unidades con un precio de venta al público de 75.000 dólares (56.000 euros). Lauder, cofundador de Martin Aircraft, afirma que en tres años pueden generar un beneficio cercano a los 100 millones de dólares. "Para nosotros es un excelente movimiento comercial", asegura el responsable de ventas de la compañía, quien añade que les ha sido sencillo encontrar un socio porque "hay un mercado considerable".

Para el diseño del Jetpack, el primer propulsor individual con una vertiente comercial, Glenn Martin se inspiró en todas las aproximaciones fantásticas que se hicieron a lo largo del siglo XX tanto en el cine como en los cómics. Superhéroes como Rocketeer o Iron Man, o el cazarrecompensas de La guerra de las galaxias Boba Fett popularizaron un artilugio que llegó a protagonizar la apertura de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984. Sean Connery, en el papel de James Bond, fue uno de los afortunados en probar la primera mochila voladora, conocida por el nombre de Bell Rocket Bell, en la película Operación Trueno (1965). Sin embargo, aquel prototipo tenía un gran defecto y es que sólo era capaz de volar durante 26 segundos, puesto que su carga era a base de peróxido de hidrógeno. Tomando aquel diseño como inspiración, Martin se propuso mejorarlo e inventar una mochila capaz de volar 100 veces más tiempo.

El Martin Jetpack está compuesto por dos cohetes impulsados por un motor de dos litros y 200 caballos de potencia que, en teoría, permite elevarse hasta los 2.500 metros de altura. El fabricante asegura que puede recorrer sin repostar hasta 50 kilómetros y su velocidad máxima será de 110 kilómetros por hora. A pesar de no contar con demasiada autonomía de vuelo, el Jetpack tiene una ventaja y es que permite repostar en cualquier gasolinera porque utiliza gasolina estándar, no combustible para cohetes.

La mochila voladora ha sido diseñada para cumplir los 103 requisitos que la Administración Federal de Aviación estadounidense (FAA) solicita para permitir su uso. Según la FAA, no se necesita licencia para pilotar este vehículo, considerado un ultraligero, pero hay que hacer un curso de pilotaje, de lo que se encargará la propia compañía y cuya primera edición tendrá lugar en Nueva Zelanda en otoño. De momento, cuentan con una decena de futuros alumnos que ya han hecho la reserva de su Jetpack. La única limitación con la que cuenta el cohete es que sólo se puede utilizar durante el día y, según ordena la FAA, no podrá sobrevolar "áreas congestionadas de una ciudad, pueblo o asentamiento, o cualquier aparato de transporte de pasajeros".

 A pesar de las posibilidades que ofrece, la supermochila de Martin Aircraft no ha sido diseñada pensando en los servicios de emergencia, sino en los ciudadanos de a pie. "No tiene una aplicación militar directa, aunque sí podría servir como herramienta de apoyo", explica Richard Lauder, quien reconoce que el elevado precio inicial condicionará el número de personas que tengan acceso al artefacto. Además, existe un último condicionante para cumplir el viejo sueño humano de volar y es que el piloto deberá pesar entre 60 y 110 kilogramos, así que muchos estadounidenses tendrán que ponerse en forma si quieren llegar volando a sus citas.


 Análisis estratégico

Sin lugar a duda  la estrategia elegida por el neozelandés para lanzar su creación al mercado es la diferenciación del producto, pues jetpack es un medio de transporte innovador que además de ser una posible alternativa de transporte para las generaciones venideras hace posible el primitivo sueño del ser humano de volar. Una de las pegas son los 75.000 dólares que debemos ahorrar para aparcar nuestro jetpack en el garaje, por lo que, teniendo en cuenta este factor, podríamos estar hablando también de un nicho de mercado, pues aunque sus fundadores aseguran que existe "un mercado considerable" y que está destinado a la gente de a pie, es evidente que en un principio este artilugio nace enfocado a unos pocos privilegiados que gozan de un elevado poder adquisitivo.

Estas novedosas mochilas voladoras no son tan novedosas, pues prototipos similares han surgido de las mentes de varias personas en los últimos años, los cuales no gozaron de gran popularidad. Este jetpack de Glenn Martin es el último modelo creado y además con proyecto de comercialización. Cuando surgieron los primeros automóviles no tenían una gran utilidad práctica por su elevado precio, escasa potencia y baja autonomía, y hoy en día es evidente para todos nosotros la función esencial que ejerce el automóvil en nuestras vidas. A pesar de los graves inconvenientes, ¿consideráis que este vehículo puede llegar a convertirse en un nuevo medio de circulación masiva  o que simplemente es otro producto capricho para los codiciosos adinerados que no saben en qué gastar sus cuentas repletas de ceros?



4 comentarios:

  1. ¡Interesante artilugio!
    Aunque la idea está muy bien planificada y es una estrategia con mucho peso, a mi parecer es utópica, la probabilidad de que el Jetpack se convierta en un vehículo mayoritario y sustituya al coche es mínima por precio y comodidad, pero se convertirá en un articulo de lujo que probablemente se venda mucho entre las clases más altas.

    Sin duda, este ingeniero ha tenido una gran idea.

    ¡Saludos compañeros!

    ResponderEliminar
  2. esta claro que la diferenciacion de producto puede hacer que en un sector como el aeroespacial( que últimamente con las noticias que nos llegan del airbuseuropeo no es un mercado muy atractivo que digamos) una empresa se mantenga e incluso crezca.

    ResponderEliminar
  3. El Jetpack muestra como este aparato podría revolucionar el mundo del transporte en poco tiempo.Pero esta claro que el gran precio de salida de este producto no va a permitir que cualquier persona de clase media tenga una de estas mochilas voladoras,ya que está reservado para unos pocos privilegiados.Este producto provablemente no se convertirá en medio de transporte como los coches,ya que en una gran ciudad sería imposible volar miles de estos artilugios voladores.

    ResponderEliminar
  4. - Desde luego en cuanto a diferenciación del producto, este medio de transporte resulta cuanto menos sorprendente. Ahora mismo quizás no sea un producto que pueda competir con un sector como el del automovil, pero por algo hay que empezar. La viabilidad de JetPAcks volando por las ciudades resulta un poco imposible, dado que deberia haber infraestructuras preparadas para este aparato, pero bueno los coches electricos empezaron asi, como un producto de lujo para los sectores de poblacion más adinerados y hoy en dia todos vemos un futuro muy cercano en lo que al uso de coches electricos se refiere.

    Puede el JetPAck sentar las bases a un coche volador?? Al igual que el artilugio analizado todo parece cosa de cienciaficcion.

    ResponderEliminar